De cierta manera siempre o casi siempre termino haciendo mi biografía en los poemas, porque si de emoción hablamos es más emocionante hablar de mí que hablar de cualquier otra persona, no me gustan los poemas largos, lo más extenso que escribo son los sonetos, además me gusta romper las reglas de la esa rima consonante y esa métrica justa que se me hace a veces un poco monótona y cacofónica. Desde que fui seducido y atraído por la poesía clásica no me siento un verso libre como antes. Pero tampoco soy un clásico contador de silabas y de versos.
SONETO DEL BORRACHO ATEO
Esa canción que mi cabeza repite,
Pateando basuras, rompo las cosas,
Con la borrachera de tercio de quite,
Viéndote muchacha de mirada odiosa.
Hace algún tiempo que tus ojos tristes
No voltean hacia esta cara ansiosa,
Aunque tú no hables, aunque yo te grite,
Aunque yo me arrastre como babosa
Conmigo el silencio de la calle sola,
Me apoyo en la pared del tambaleo,
Reviso mis bolsillos, busco el detalle, veo la hora.
Huyo como huye un extranjero,
Puedo correr duro si me pega miedo,
A veces creo en dios, pero soy ateo.